Ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, la diputada federal Olga Juliana Elizondo Guerra presentó un exhorto dirigido a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, al Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria y la Secretaría de Salud -todas del Gobierno federal-, con el fin de revertir la prevalencia de agentes patógenos en el sector ganadero del país, específicamente, la garrapata.
Lo anterior a través de la implementación interinstitucional de estrategias para evitar la introducción de la garrapata en territorio nacional; considerando la difusión campañas informativas sobre la mordedura de este tipo de ectoparásito.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los ectoparásitos son patógenos que infectan las capas superficiales de la piel. Los más comunes son garrapatas, pulgas, piojos, moscas parasitarias y ácaros, que se alimentan de una gran variedad de animales domésticos (vacas, borregos, cabras, caballos, perros y gatos), o bien de animales silvestres (venados, mapaches, zorros, coyotes, liebres, reptiles y aves).
Por su parte, según la Organización Mundial de Sanidad Animal, cerca de 60 por ciento de los agentes patógenos que causan enfermedades humanas tienen su origen en los animales domésticos o silvestres, 75 por ciento de las enfermedades humanas infecciosas tienen un origen animal y 80 por ciento de los agentes patógenos son objeto de preocupación para la vida humana.
La legisladora tamaulipeca reconoció los esfuerzos de las autoridades federales, sobre todo la campaña nacional para el control de la garrapata, que incluye “la inspección del ganado, la aplicación de tratamientos garrapaticidas, envío de especímenes para el diagnóstico taxonómico y de resistencia a los garrapaticidas, vigilancia epidemiológica de las enfermedades hemoparasitarias; (…) así como capacitación y divulgación de la campaña a productores y médicos veterinarios”.
No obstante, consideró necesario dar continuidad a las acciones en la materia, por lo que hizo un llamado a fortalecer las medidas para mitigar la propagación de la garrapata; sobre todo en la ganadería, ya que pone en riesgo a este sector de la economía, así como la salud humana.
La existencia de ectoparásitos “limita el comercio de animales, alimentos y material genético animal. El comercio también se ve afectado, lo que pone en juego la seguridad alimentaria, así como las exportaciones e importaciones”, manifestó.
